viernes, 7 de junio de 2013

El placer de sentir la nada

Hay ocasiones en las que te pasan cosas y no te paras a pensar en que emoción, que sensación te producen, y mucho menos cuando tampoco quieres que te emitan ningún sentimiento. Sin embargo, hay ciertos momentos en los que te tienes que parar a pensar y te preguntan qué es lo que te gusta, y no sabes, no sabes que es lo que te gusta. Yo desde siempre he pensado que los sentimientos malos son en cierta parte los mejores. Por un lado, creo que para los poetas y para escribir son los que te dotan de mayor inspiración, pienso que en el fondo es un poco una pena, pero (al menos para mí) me resulta mucho mas sencillo describir algo malo como el miedo, la tristeza, que por ejemplo describir que es la alegría. Eso que me pierdo, pero creo que cuando estas bien lo disfrutas sea como sea, mientras que si estas mal y te pones a pensar en lo que sientes, en como te encuentras e intentas plasmarlo en un papel, en letras, palabras o dibujos, es como que en cierta parte se evapora, se difumina, y al ver tu trabajo y lo bien que te ha quedado, una pequeña sonrisa crece en tu interior. Por ello es por lo que creo que sé más cosas que no me gustan que las que me gustan en sí, pero sin embargo este trabajo tenía que ser de cosas que te gustan mucho mucho, cosas que en cierta manera te crean placer, y en ese momento me bloqueé.

Estaba bloqueada no sabía que hacer y me empezaba a encontrar mal y triste, por lo que escribí una entrada para mí, solo para mí y para nadie más, solo quería que fuese esa inspiración para escribir y que esa felicidad interna naciese al acabarla, y en el fondo así fue. Después se la dejé leer a unas
cuantas personas que en el fondo son como parte de mí, tienen algo que no todos tienen y al poseer mi confianza pensé que debían leerlo. Y tras eso metafóricamente la quemé. Así que ya con esa sonrisa por un trabajo bien hecho me encaminé a buscar que es lo que realmente me gusta hacer. Pensaba y pensaba y había muchas actividades que me gustan, pero ninguna me convencía lo suficiente como para escribir una entrada de placer, eran tales como dibujar, escribir, nadar, leer... Así que por un momento pensé que no había nada en este mundo que me gustase tanto como para escribir una entrada de ello, pero esa cosa que tiene la casualidad de aparecer en los momentos más oportunos hizo su efecto.

El otro día vi un puzzle en una tienda y era perfecto para mi cuarto así que me lo compré, lo abrí y empecé a montarlo. Al igual que he hecho siempre con todos mis puzzles, primero busco los bordes, esas piezas que tienen un lado sin saliente ni hueco, las separo del resto, y las monto. Una tras una y poquito a poco, una vez hecho el marco empiezo a separar por colores, y otra vez, con paciencia los voy uniendo. Cuando me equivoco no encajan, pero una parte de mí dice que tienen que ir juntas, sin embargo descubro que hay otra ficha casi igual, que al colocarla, como si fuesen imanes de polos opuestos se juntan y sé que jamás las deberé separar. En definitiva, me puedo llevar un buen rato, por no decir muchas muchas horas entretenida buscando, mirando, comprobando y colocando las miles de piezas que tiene ese nuevo acertijo. Sin duda, uno de esos días, mientras pensaba colocando piezas en su orden correcto, supe que es lo que más me gusta de este mundo y que es lo que en cierta manera me da placer.

Puede parecer un tanto raro, diferente, de loca y millones de cosas, pero sin duda si es así será porque yo soy un poco rara diferente y loca, y no me importa porque mientras yo lo disfrute que los demás se aguanten. Pero sí, estrujarme la cabeza es lo que me encanta, en lo que derrocharía toda mi vida, en pensar. Sin duda cuando no tengo nada que hacer me amargo, no puedo ver pasar las horas sin hacer algo "productivo", necesito que mi cabeza dé vueltas, que tenga algo en lo que pensar, que esté funcionando hasta que me salga humo por las orejas. Me encanta. Es sin duda una sensación que me da seguridad y me siento que sirvo para algo, que he hecho algo, ya sea cualquier cosa menos mirar al techo y no funcionar. Descubrí que dibujo, leo, escribo o incluso hago un puzzle para que mi mente pueda hacer algo, esté funcionando, estrujándose cual mandarina en un exprimidor, y sin duda es lo mejor, y más aún cuando ya me siento tan saturada, cuando tengo esa sensación de que si me dicen de sumar dos más dos voy a decir cinco y entonces solo puedo desahogarme saturando mi cuerpo de ejercicio. No me sirve dejarlo todo y no hacer nada, porque en el fondo odio no tener nada que hacer, es como no servir, y decido ir a nadar, a cansar mi cuerpo al igual que mi mente y llega el momento de mayor placer cuando estoy esforzándome al máximo, con la cabeza saturada de sumas, restas, multiplicaciones, letras, palabras, actos, momentos del día, de todo, cuando siento que mi cabeza va a explotar y mientras, yo, nado y nado, y llega un momento, el mejor momento, en el que mi cabeza, sin saber exactamente el porqué se vacía.

No es un vacío de inutilidad, no, es como que ya no puede pensar más y se reinicia y me encuentro todo vacío, cansado de estar al límite, pero vacío, es como si estuviese dado de sí, por lo que es más grande pero ausente de todo, y sin duda en ese instante siento que puedo con todo, que nada importa, siento la misma sonrisa interna que cuando tengo mi trabajo bien hecho, es placer, felicidad. Yo lo llamo el placer de estar completamente saturado, porque estás en un estado de cansancio de mente y de cuerpo y esa mezcla en ese orden renueva, te da poder, fuerza y valentía, te lo da todo y de manera sencilla, por lo que me encanta. Me encanta cargar mi mente de cosas y llevármelas a la piscina, para nadar y dejarlas disueltas en el agua. Me encanta llevarme miles de problemas, preocupaciones porque cuando estoy saturada mentalmente y me auto-saturo físicamente puedo notar la nada, el vacío, como si me encontrara en el espacio flotando sin gravedad en mitad de la oscuridad de las galaxias, y sin duda de eso es de lo que más disfruto, y sin duda eso sí que se merecía esta entrada.  




No hay comentarios:

Publicar un comentario